Bad Bunny pone en alto a PR

Primero su gente y después el mundo”: Bad Bunny hace historia y pone en alto a Puerto Rico

Este sábado 21 de septiembre, el cantante boricua concluyó el último de los 30 conciertos de No me quiero ir de aquí, la residencia de dos meses que realizó en el Choliseo, el venue más grande de Puerto Rico.

Su nuevo disco celebra la cultura boricua y denuncia la gentrificación, un mensaje que respaldó con hechos: dejó una derrama económica de 379 millones de dólares en negocios locales y convirtió cada show en un homenaje a lo que significa ser puertorriqueño.

Los dos escenarios diseñados para la residencia lo reflejaban: una casa tradicional boricua, que simulaba una fiesta casera con celebridades como LeBron James, Penélope Cruz, Ana de Armas y Austin Butler, entre otros; y un mogote decorado con flamboyanes y plantas nativas de la isla. Ambos fueron creados por una arquitecta y talento local.

Durante los conciertos se bailaron ritmos tradicionales de Puerto Rico y sonaron leyendas de la salsa y el reguetón como Marc Anthony, junto a nuevas voces como Young Miko. Diez de las treinta presentaciones fueron reservadas exclusivamente para residentes. Además, se anunciaron iniciativas comunitarias: una escuela de ciencia y tecnología, apoyos para agricultores y un portal de emprendedores.

En cuanto a la vestimenta, no sólo se ofreció merch oficial: la mayor parte de las ganancias fue para artesanos locales, ya que el público compraba pavas y prendas típicas para usarlas junto al artista.

No me quiero ir de aquí se convirtió así en un proyecto musical histórico, donde Benito redefinió el poder de la música y demostró, una vez más, que primero es su gente y después el mundo.

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