¿Conoces el panteón de los Queretanos Ilustres?
El Panteón de los Queretanos Ilustres: Historia, Honor y Sombras que Susurran
En pleno corazón de la ciudad de Querétaro, justo al lado del Templo de la Santa Cruz, se erige un lugar donde el silencio y la solemnidad parecen hablar más fuerte que cualquier palabra: el Panteón de los Queretanos Ilustres . Este lugar no solo destaca por su importancia histórica y cultural, sino que también es objeto de leyendas y relatos que han impregnado sus muros de un aura misteriosa, casi mística.
Fue inaugurado en 1847 por los Frailes Franciscanos del Convento de la Cruz como un panteón para pobres. En 1863 el ayuntamiento de la ciudad lo comienza a administrar siendo el primer panteón municipal. Los restos de Doña Josefa fueron traídos y puestos en este lugar en medio de una solemne y gran ceremonia.
Este panteón de la Cruz fue desmantelado entre 1949 y 1955 sólo se dejó en pié la Capilla y el Mausoleo de la Corregidora. En 1960 se construye el Mirador y se remoza el área del Mausoleo; no es sino hasta el 5 de febrero de 1988 que, después de ser remodelado, se inaugura com el Panteón de los Queretanos Ilustres, un espacio diseñado para albergar a aquellos que han dejado un legado profundo en la historia queretana. Entre sus tumbas destacan nombres como:
- Doña Josefa Ortiz de Domínguez
- Epigmenio González
- Tomás Mejía
A pesar de su ser un espacio solemne, el Panteón de los Queretanos Ilustres no está exento de relatos tenebrosos que le dan un toque misterioso. Con el paso de los años, muchas personas aseguran haber experimentado fenómenos paranormales al recorrer sus pasillos y estatuas, sobre todo al caer la noche. ¿Quieres saberlos?
Una de las leyendas más populares en torno a este lugar se relaciona con Tomás Mejía. Se cuenta que en noches cercanas a la fecha de su ejecución, el 19 de junio, se pueden escuchar pasos resonando en el silencio del panteón, como si el alma del general vagara por el recinto buscando justicia. Algunos incluso aseguran haber visto una figura vestida con uniforme militar, siempre acompañado por una sensación fría y pesada en el aire.
Otra historia escalofriante es la de una mujer que aparece caminando lentamente entre las tumbas. Algunos aseguran que podría tratarse de Doña Josefa Vergara, la filántropa. Según el mito, se cree que su espíritu no descansa del todo, pues su bondad y dedicación por los más necesitados la hicieron inmortal entre el pueblo. Sin embargo, otros dicen que su alma vaga inquieta por haber sido traicionada por quienes no respetaron su legado.
Además, los vigilantes del panteón han reportado fenómenos inexplicables como puertas que se cierran solas, sombras que cruzan los mausoleos sin que haya nadie más presente, y una sensación de ser observados por “algo” o “alguien” que no pueden ver, pero sienten muy cerca.
El Panteón de los Queretanos Ilustres no solo es un lugar de respeto y memoria, sino también un sitio donde la historia y la leyenda se entrelazan, ofreciendo a los visitantes una experiencia única. Ya sea que te acerques por su valor histórico o por curiosidad ante sus relatos misteriosos, no cabe duda de que este panteón es un punto importante en la rica tradición de Querétaro.
En tu próxima visita, no olvides hacer una parada frente a la tumba de Tomás Mejía o la de Josefa Vergara. Tal vez, si el viento sopla en la dirección adecuada y la luna ilumina con su pálida luz las estatuas, logres sentir ese escalofrío que solo los lugares con historias profundas pueden provocar.
¿Te animas a visitarlo de noche?