La Biblioteca Conventual

En pleno corazón de Querétaro, dentro del ex Convento de San Francisco —hoy Museo Regional—, se guarda un secreto que respira historia: la Biblioteca Conventual, considerada la más antigua del estado. Su acervo, que abarca desde el siglo XVI hasta el XIX, es mucho más que un conjunto de libros; es un viaje por la memoria religiosa, cultural y científica de la Nueva España y del México independiente.

De convento a museo

El convento franciscano comenzó a construirse a mediados del siglo XVI, como centro de vida religiosa y de enseñanza. En sus claustros, los frailes recopilaron obras impresas y manuscritas en latín, español y otras lenguas. Con las Leyes de Reforma muchos bienes conventuales fueron expropiados y parte de sus bibliotecas se dispersaron. Sin embargo, Querétaro logró conservar una fracción significativa.

Aunque el acento inicial era religioso, la Biblioteca Conventual es un espejo de la vida intelectual de su época. Entre sus más de 13 mil volúmenes encontramos:

  • Obras teológicas y filosóficas: desde misales y tratados de santos hasta la Ópera Magna de San Agustín (1540).
  • Derecho civil y canónico: testimonio de cómo se entendía la justicia en los siglos coloniales.
  • Matemáticas, ciencias naturales y biología: rarezas científicas que acompañaban la educación conventual.
  • Literatura y lenguas: textos en español, francés, portugués, pero sobre todo en latín, la lengua académica dominante.
  • Música litúrgica: enormes libros corales del siglo XVIII, algunos tan pesados que requieren dos personas para moverlos.

Y como joya curiosa: un libro del siglo XIX con la oración del Magnificat en 150 idiomas distintos, ilustrado con escenas de cada cultura.

Los libros no solo valen por su contenido. Muchos tienen encuadernaciones en madera o piel, herrajes metálicos, dorados y medidas que van desde diminutos volúmenes de 6 cm hasta grandes formatos de 45 cm. Algunos incluso se escribieron sobre pergamino con tintas vegetales.

Durante décadas, parte del acervo estuvo en riesgo por abandono, humedad y microorganismos. Fue hasta 2016 que el INAH emprendió un programa de restauración sistemática, con limpieza, estabilización y reparación de ejemplares dañados. Además, en colaboración con universidades, varias obras han sido intervenidas y exhibidas para acercar al público a este patrimonio.

Entrar a la Biblioteca Conventual no es como visitar una biblioteca moderna. Es encontrarse con libros que sobrevivieron guerras, expropiaciones y siglos de polvo, pero que aún guardan el pulso de quienes los escribieron y leyeron. Cada tomo cuenta dos historias: la de su contenido y la de su viaje hasta nuestras manos.

La Biblioteca Conventual de Querétaro es, en pocas palabras, un espejo de cinco siglos de pensamiento. No solo preserva la fe y la ciencia de su época, sino también la memoria de un estado que siempre fue cruce de caminos culturales.

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