SEVERANCE

Una mezcla entre drama, ciencia ficción y misterio.

Mark lidera un equipo de oficinistas cuyos recuerdos han sido divididos quirúrgicamente entre su trabajo y su vida personal. Cuando un misterioso colega aparece fuera del trabajo, comienza un viaje para descubrir la verdad sobre sus trabajos.

Anteriormente hemos alabado el trabajo que está haciendo Apple TV+ con pocas series pero de gran impacto todo lo contrario a lo que otras plataformas están haciendo y SEVERANCE no es la excepción; ser nominada a 12 premios EMMY 2022 y ganadora de 2 no es lo más interesante de esta producción, si no el talento humana que la rodea, como por ejemplo la dirección de Ben Stiller en 7 de los 9 episodios de la primera temporada es grandiosa al jugar con el foco y la profundidad de campo para generar cierta sensación de extrañeza y asimismo explota arquitecturas imposibles con espacios que tienen una falsa continuidad espacial.

Pero también la inquietante historia que se desarrolla en un entorno laboral asfixiante y minimalista en el que todo tiene un cierto aire retro (algo parecido a la TVA de la serie LOKI)  pero que resulta amenazante por la deshumanización que se promulga y extiende a los desnudos pasillos y despachos.

Nos atrapa la intriga desde el inicio del primer capítulo en el que a una mujer (Helly interpretada por Britt Lower) despierta sobre la mesa de un despacho y es interrogada acerca de sus recuerdos por Mark Scout, un recién ascendido trabajador de la enigmática empresa Lumon Industries que, al igual que todos los empleados de Lumon, se sometió de forma voluntaria a un complejo procedimiento quirúrgico que consiste en implantar un chip en el cerebro para separar la vida personal y laboral permanentemente y de manera irreversible.

De esta forma en cuanto entras al elevador del edificio de Lumon que te llevará a tu oficina pierdes los recuerdos de tu vida personal y se conectan los recuerdos de tu vida laboral y viceversa al salir del elevar de regreso a casa al final de la jornada laboral.

La serie funciona muy bien como denuncia de los entornos laborales tóxicos que pretenden aislar a los trabajadores y meterlos en una burbuja sin permitirles tener emociones o reacciones personales. De ahí que sea tan relevante el aspecto visual de la serie, que se recrea en las simetrías y en una dirección artística muy meticulosa y estricta que roza lo desesperante. En el micro-mundo credo para la serie el edifico es otro personaje, uno pulcro y falsamente amigable en el que se mueven los personajes a través de claves de color para definir los ambientes.

Gran serie, difícil de digerir y por ello hay que verla muy atentamente mas que solamente disfrutarla. Espero sinceramente que la disfruten.

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