En 1996, una nueva capa se añadió a la historia del cerro. Fue declarado Parque Nacional, un reconocimiento a su riqueza natural y cultural. La creación del parque no solo ayudó a preservar su ecosistema diverso con especies de flora y fauna que encuentran en él su hogar, sino que también brindó una oportunidad para que el público pudiera explorar y aprender sobre su belleza y su historia. Las sendas de senderismo se abrieron, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de experimentar la majestuosidad del cerro de cerca, mientras se aseguraba su protección frente a las amenazas del desarrollo urbano.

Pero el Cerro del Cimatario no es solo un lugar de belleza natural y valor histórico. También está envuelto en un halo de misterio y leyendas que le dan un carácter aún más fascinante. Entre los relatos más inquietantes se encuentra la historia de una presencia espectral que algunos aseguran haber visto en las noches despejadas. Se dice que es el espíritu de un antiguo sacerdote indígena, que fue sacrificado en el cerro como parte de un ritual ancestral. Las historias también hablan de luces errantes que danzan en la cima durante la noche y de susurros que emergen del bosque circundante, creando un ambiente cargado de una energía que algunos consideran sobrenatural.