¿Quién fue Ignacio Pérez?
- Cultura
- septiembre 3, 2025
Cuando pensamos en los héroes de la Independencia de México, los nombres de Hidalgo, Morelos, Allende y Josefa Ortiz de Domínguez son los primeros que vienen a la mente. Sin embargo, hay figuras menos conocidas cuya valentía y acciones fueron cruciales para el éxito del movimiento. Ignacio Pérez, un simple empleado del Corregidor de Querétaro, es uno de ellos.
Su historia es la de un hombre que, en una noche crucial, se convirtió en el eslabón vital entre la conspiración y la acción.
El relojero que no daba la hora
Ignacio Pérez no era un militar de alto rango ni un intelectual de la élite; era un hombre de confianza del corregidor Miguel Domínguez y, en su momento, fue el encargado de llevar los mensajes de la conspiración de Querétaro. Su papel principal era ser el mensajero entre los insurgentes que se reunían en la casa de los Domínguez y los líderes que estaban en San Miguel el Grande (hoy de Allende) y Dolores.
Su vida, aparentemente ordinaria, dio un giro dramático la noche del 13 de septiembre de 1810. La conspiración había sido descubierta y la corregidora, Josefa Ortiz de Domínguez, se encontraba bajo arresto domiciliario, encerrada en su propia casa.
Desesperada por dar el aviso de que la conspiración había sido delatada, doña Josefa golpeó el tacón de su zapato en el suelo para alertar a Ignacio Pérez, que se encontraba en el exterior del edificio.
Una carrera contra el tiempo
Ignacio Pérez recibió el mensaje y de inmediato emprendió una cabalgata de más de 60 kilómetros. Su misión era llegar a San Miguel el Grande y advertir a Ignacio Allende sobre la inminente captura. Sin embargo, la historia tiene sus ironías: al llegar, no encontró a Allende, por lo que decidió seguir su camino hacia Dolores, el pueblo donde se encontraba Miguel Hidalgo y Costilla.
Tras un agotador viaje, Ignacio Pérez logró entregar el mensaje. Este aviso fue el detonante que obligó a los insurgentes a adelantar sus planes y lanzar el grito de rebelión en la madrugada del 16 de septiembre de 1810. Sin la advertencia de Pérez, los líderes del movimiento habrían sido capturados y la Independencia de México habría tenido un destino muy diferente.
El legado de un hombre sencillo
A pesar de su crucial papel, Ignacio Pérez a menudo es opacado por las figuras principales. Su nombre no figura en los libros de texto con la misma prominencia, y su sacrificio es menos recordado. Sin embargo, su acción demuestra que la historia no solo la construyen los grandes líderes, sino también los individuos valientes que, en momentos clave, se atreven a actuar.
La próxima vez que celebres el 15 y 16 de septiembre, recuerda a Ignacio Pérez, el mensajero olvidado, cuya cabalgata de la noche del 13 de septiembre de 1810, fue la chispa que encendió el fuego de la libertad.