De Chihuahua para el mundo: Kevin Kaarl

En menos de una década, Kevin Kaarl pasó de ser “el morro que subía rolas tristes con guitarra” a pararse en escenarios que marcan un antes y un después en la carrera de cualquier músico: el Tiny Desk de NPR y KEXP en Seattle. Y lo más loco de todo es que lo hizo de manera independiente, sin el respaldo de un sello gigante ni la típica maquinaria de la industria musical.

Desde que lanzó “Amor Viejo” en 2018, Kevin dejó claro que lo suyo era cantar desde la entraña. Con canciones como “San Lucas” o “Vámonos a Marte”, se ganó un lugar en playlists, carreteras y desvelos de miles de personas que encontraron en su voz grave y sus letras simples pero certeras, un refugio emocional.
Lo que diferencia a Kevin de muchos artistas es que nunca corrió por “llegar rápido”. Prefirió el camino largo: crecer con su público, girar en bares, festivales y teatros, hasta que el eco de su música llegó a otras latitudes. Su paso por KEXP y Tiny Desk no es solo un logro personal, es también un recordatorio de que la música independiente mexicana tiene un lugar cada vez más fuerte en la escena internacional.
Kevin Kaarl no necesita artificios. Su propuesta es íntima, minimalista y honesta, y justo por eso conecta. Hoy es uno de los nombres más sólidos de la nueva camada de artistas mexicanos y, aunque suene a cliché, parece que esto apenas comienza.

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