El nacimiento del cine en Querétaro.

Por el Centro Histórico de Querétaro aún se respiran ecos de una época dorada, en la que la ciudad entera se reunía en torno a la gran pantalla. Cines como el Goya, el Plaza, el Reforma o el Alameda no eran solo recintos para ver películas: eran templos de encuentro, emoción y modernidad. Hoy, aunque muchos de esos espacios han desaparecido o mutado en tiendas, oficinas o pasajes comerciales, su historia sigue viva en la memoria colectiva.

 

Los primeros destellos de cine en la ciudad

La historia del cine en Querétaro comenzó el 28 de septiembre de 1900, cuando la empresa Delamare Halphan, filial de los hermanos Lumière, presentó una función en el Teatro Iturbide, hoy conocido como el Teatro de la República. Ahí, por primera vez, los queretanos fueron testigos del milagro de las imágenes en movimiento: La salida de los obreros de la fábrica, Llegada del tren a la estación, El regador regado y El desayuno del bebé iluminaron la pantalla y dejaron boquiabierto al público.

Teatro Iturbide,Queretaro.

 

El primer cine de Querétaro: entre patios y huertos

Aunque el Teatro Iturbide fue el escenario de la primera función, la primera sala cinematográfica formal estuvo ubicada en lo que hoy conocemos como el Pasaje de la Llata, sobre la calle Madero. Se trataba de un modesto Salón Rojo, administrado por la empresa Morrison Villagrán en el patio de una casona familiar. Aún se pueden distinguir los límites de aquella casa, donde antes hubo un huerto. Hoy, ese rincón ha sido absorbido por el comercio, sin una sola placa que recuerde su importancia cultural.

 
El Plaza: un cine hecho y derecho

Para muchos, el cine Plaza, inaugurado el 28 de noviembre de 1947 con la película Fuego de juventud (protagonizada por Elizabeth Taylor), fue el primer cine “de verdad”: lunetas, gradas, butacas diseñadas exclusivamente para disfrutar del cine. Ubicado donde hoy se encuentra una tienda departamental sobre la calle Corregidora, el Plaza marcó una era. Durante más de tres décadas fue escenario no solo de funciones cinematográficas, sino de actos políticos, festivales y hasta tomas de protesta.

Su demolición en 1980 causó conmoción. Años después, el gobierno estatal reconstruyó parte de su fachada “para que no dijeran”, intentando conservar al menos un vestigio de aquel recinto cultural.

SERGIO A. VENEGAS ALARCÓN / CÓMO SE AUTORIZÓ TIRAR EL TEATRO PLAZA - Plaza  de Armas | Querétaro

 
El emblemático Goya y la memoria demolida

Otro símbolo imborrable fue el cine Goya, que abrió sus puertas en 1929 en la calle Juárez. De arquitectura peculiar —rematado con un pico y forma cilíndrica—, fue un centro de reunión para la sociedad queretana hasta su demolición en 1948. Fue tal el impacto emocional de su desaparición que Luis R. Montes, empresario jalisciense que dirigía la cadena de cines más importante de América Latina en ese tiempo, decidió abrir más salas en la ciudad.

Lamentablemente, del Goya no existe ni una sola imagen de su interior. Solo sobreviven fotografías del exterior y recuerdos contados de quienes lo visitaron.

cine Goya 1 | CINE SILENTE MEXICANO / MEXICAN SILENT CINEMA

 

El majestuoso Alameda

Con capacidad para 2,200 personas, el cine Alameda fue inaugurado el 11 de octubre de 1946, también propiedad de Luis R. Montes. Aunque su fachada jamás se concluyó por completo —ya que se planeaba anexar un hotel que nunca se construyó—, el interior era verdaderamente imponente. Ahí se estrenaron películas memorables como El Ministro y Yo (con Cantinflas) o La guerra de las galaxias.

Además, se celebraban semanas del cine mexicano con la presencia de artistas, así como las famosas caravanas artísticas de la Corona. El Alameda cerró definitivamente en 1994, dejando tras de sí dos salas breves: Alameda 2 y 3. Hoy, en ese mismo espacio, se encuentra la Cineteca Rosalío Solano, con un proyector antiguo en el lobby como testigo de lo que fue.

Los Cines Históricos - Ciudad y Poder
 

Ir al cine en Querétaro era un ritual social. La ciudad era tan pequeña que todos los caminos llevaban al centro. La gente se vestía para la ocasión y las clases sociales se mezclaban en la oscuridad de la sala. Aunque no existía propiamente el “cine de barrio”, todos tenían su lugar: desde el Reforma (en 16 de Septiembre) hasta el Premier 70 (en Corregidora), pasando por el cine de Hércules, popular por sus películas atrevidas que causaban más de un escándalo.

 

Aunque la mayoría de los cines antiguos han desaparecido o caído en el abandono, su esencia persiste. Hoy, el cine en Querétaro vive en nuevos espacios culturales como la Cineteca Rosalío Solano o el Centro Cultural de la Ciudad, pero también en la nostalgia de quienes vivieron la emoción de ver las luces apagarse y sentir que, por un momento, el mundo entero cabía en una pantalla.

Porque el cine no es solo entretenimiento: es historia, es comunidad, y en Querétaro, también es memoria.

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