El Convento de Santa Clara

El Convento de Santa Clara fue el más grande de la Ciudad de Querétaro, los límites de éste fueron las calles de Locutorios hoy Allende, San Antonio hoy Hidalgo, Capuchinas hoy Guerrero y la Calle Real hoy Madero. Este convento se fundó por orden de Don Diego de Tapia, cacique de Querétaro, hijo de don Fernando de Tapia Conín. Él dotó al convento de toda su hacienda y de por vida para su sustento, fue un convento de clausura en el que sólo el templo y los locutorios eran espacios abiertos al exterior. 

Plano de la Ciudad en 1790
Detalle del Plano de 1790

Contaba con 11 capillas internas, más las particulares de las celdas compuestas de la habitación de la monja, la de la servidumbre, el refectorio privado, jardín y sala para costura y estudio. Era una pequeña ciudadela con calles interiores, iluminadas por farolas, pequeñas plazas, celdas de dos niveles y capillas. 

Había lugares comunes para las monjas como la sala de penitencia, la sala capitular, la enfermería, la botica, la ropería, los espacios de los baños, la huerta y corrales, además de los almacenes de alimentos y los lugares de preparación de dulces típicos, de los que existen varios libros con las recetas. El actual templo de Santa Clara fue terminado el 12 de agosto de 1668, obra del arquitecto Jose de Bayas Delgado, y la mayoría de los retablos barrocos son obra de Francisco Martínez Gudiño.

Fue el Gobernador Don José Linares quien, en el año de 1863, dio cumplimiento a las leyes de Reforma, en las que se decretaba la exclaustración de las órdenes religiosas, echando fuera de su convento a las monjas Clarisas , al momento del desalojo en el convento vivían 206 personas, 90 profesas, 6 novicias, 21 señora seculares y 88 criadas.

Lo primero que se demolió fue la tapia del convento que daba hacia la calle de los locutorios y por el otro lado a la de capuchinas, dejando abierto el callejón llamado del excomulgado conocido hoy como andador  de Matamoros. Varios proyectos se quisieron realizar en los terrenos del convento, la mayor parte fue adquirida por particulares, excepto el área que hoy abarca el Jardín Guerrero que fue proyectado y construido en 1922 luego de que el proyecto de la Catedral fuera desechado.

En cuanto al Templo de Santa Clara por fortuna no les fue posible destruirlo debido al inicio de la segunda intervención francesa y al fervoroso clamor del pueblo queretano que quiso cuidar su patrimonio, conservándose así su imponente arquitectura y la belleza de sus retablos barrocos que son parte de nuestros Panoramas Queretanos.

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